una criatura que nadie sabe como la hicieron.
sobre el film
Lynch ofreció una propuesta cinematográfica arriesgada y comprometida. Por momentos dentro del campo del cine surrealista iniciado por Luis Buñuel, Lynch plantea una especie de “hard surrealismo”. Viendo UN CHIEN ANDALOU (Un Perro Andaluz-1927) recibimos claros mensajes individuales contrarios a la clerecía, a las instituciones, a la religión, a la hipocresía, etc. Pero con ERASERHEAD tenemos un abanico demasiado amplio y solo podemos atinar a clasificarle dentro del siempre vigente “cine experimental”. Su concepción visual es, dentro del rígido blanco y negro, una obra maestra. Por momentos Lynch juega con el espacio, hay animaciones cuadro por cuadro, hay momentos de poesía fílmica (como cuando Henry hace el amor con su vecina), hay escenas de morbo por doquier (desde casi el principio cuando la madre de su novia besa el cuello de Henry) y, por supuesto, sangre y tripas. La narrativa es también de avant-garde. Durante la primera mitad de la película Lynch se toma su tiempo para mostrar las caminatas de Henry, su subida por el ascensor, sus momentos de reflexión frente al radiador, las miradas con los padres de su novia. A partir de que queda solo con el bebé, los tiempos se abrevian, y tenemos un episodio pesadillesco tras otro. Ambas caras de la misma moneda (el desarrollo lento del principio y el dinamismo del final) se contrapesan de igual manera y son igual de absorventes. Mención aparte merecen los estupendos efectos especiales de la criatura
Lynch nunca hace referencia al tema de que materiales usó para elaborar ese feto antinatural y su visión, paradójicamente, no es surrealista sino todo lo contrario.
Sus movimientos y jadeos, sus gemidos continuos, esas llagas purulentas y el tono de gris enfermizo de su piel son un triunfo del propio Lynch (que se encargó de los efectos especiales en persona).
sobre el film
Lynch ofreció una propuesta cinematográfica arriesgada y comprometida. Por momentos dentro del campo del cine surrealista iniciado por Luis Buñuel, Lynch plantea una especie de “hard surrealismo”. Viendo UN CHIEN ANDALOU (Un Perro Andaluz-1927) recibimos claros mensajes individuales contrarios a la clerecía, a las instituciones, a la religión, a la hipocresía, etc. Pero con ERASERHEAD tenemos un abanico demasiado amplio y solo podemos atinar a clasificarle dentro del siempre vigente “cine experimental”. Su concepción visual es, dentro del rígido blanco y negro, una obra maestra. Por momentos Lynch juega con el espacio, hay animaciones cuadro por cuadro, hay momentos de poesía fílmica (como cuando Henry hace el amor con su vecina), hay escenas de morbo por doquier (desde casi el principio cuando la madre de su novia besa el cuello de Henry) y, por supuesto, sangre y tripas. La narrativa es también de avant-garde. Durante la primera mitad de la película Lynch se toma su tiempo para mostrar las caminatas de Henry, su subida por el ascensor, sus momentos de reflexión frente al radiador, las miradas con los padres de su novia. A partir de que queda solo con el bebé, los tiempos se abrevian, y tenemos un episodio pesadillesco tras otro. Ambas caras de la misma moneda (el desarrollo lento del principio y el dinamismo del final) se contrapesan de igual manera y son igual de absorventes. Mención aparte merecen los estupendos efectos especiales de la criatura
Lynch nunca hace referencia al tema de que materiales usó para elaborar ese feto antinatural y su visión, paradójicamente, no es surrealista sino todo lo contrario.
Sus movimientos y jadeos, sus gemidos continuos, esas llagas purulentas y el tono de gris enfermizo de su piel son un triunfo del propio Lynch (que se encargó de los efectos especiales en persona).